jueves, febrero 15, 2007

El fraude mediático.

Cuarta República
Germán Robles
15 de febrero de 2007

El fraude mediático.

Mucho se ha hablado del fraude electoral en sus distintos componentes, lo que es calificado por no pocos analistas como un golpe de estado en su característica ex ante; aforismo latino que significa anticipado, previo o antes de; empero, hay un aspecto del que no se ha hechos suficiente hincapié documental y es el fraude mediático; un fraude de unas cuantas horas pero decisivo en la percepción pública de millones que fueron persuadidos a la falsa idea de que Calderón iba adelante.

Como si la elección se tratase de un partido de fútbol donde todos ven un gol de último minuto, sin importar que el jugador estuviera fuera de lugar, los medios celebran emotivos el gol; los medios en complacencia con el arbitro determinan un ganador y nos bombardean con la noticia miles de veces a pesar de que los hechos revisan lo contrario; o de una carrera de caballos secreta donde el corcel que va perdiendo al momento de aventajar por una nariz se le da por ganador antes de terminar la carrera y nunca se dice nada de quien todo el tiempo llevaba la ventaja y se perfilaba directo a ganar.

La enorme discrecionalidad, las lagunas legales, el cambio abrupto de miles funcionarios de casilla unas semanas antes de la elección, el manejo del PREP y del conteo rápido como si se tratase de un secreto de estado; sumando el teléfono rojo que existía en Chapultepec, en TV Azteca , en el IFE y los Pinos. Generaron el caldo de cultivo para la incertidumbre total. En el caso de los funcionarios de casilla, ya Lenin desde finales del siglo XIX nos advertía la siguiente cita a modo de adverbio: “La victoria en las elecciones no las determina quién emite el sufragio, sino quién cuenta los votos”. Muchos de los que fueron cambiados de última hora evidentemente favorecerían a un candidato; es un mito endilgar la cualidad de “inmaculados” a todos los ciudadanos. Una irregularidad así puede pudrir una elección y eliminar la certeza. Así ocurrió.

El tema viene a relación por dos sucesos mediáticos que llaman la atención; el primero es la publicación del libro “Crónica de una elección turbulenta” por Carlos Tello Díaz, el segundo la estúpida verborrea de Fox en EE.UU. dónde declara que “Obrador me gano una vez, después en 18 meses me desquité”. En el caso de Tello Díaz de quién proceso extrajo unos fragmentos para publicarlos en su edición 1579. La tesis nos planeta varias falacias, hace críticas muy tibias a la intervención del presidente Fox, del empresariado, de las omisiones del IFE y el papel inequitativo de los medios. Acusa a Obrador con el mote de “mentiroso” y a Calderón de contumaz; de erróneo, el silogismo de Téllez es ridículo en virtud de que la hipótesis sobre la que descansa el llamarle a Calderón el hombre del error se basa en su negativa al recuento de votos.

Es decir que por no aceptar el pelele y el PAN el recuento están en un error; y por ende Obrador es un mentiroso oficioso; aquí hay una fuerte contradicción lógica sino se sabe de ningún resultado a partir del recuento voto por voto, y por tanto no hay certeza de quién realmente gano la elección apegados estrictamente a este criterio; ¿cómo diablos se le puede decir a Obrador mentiroso?; ¿cómo si no se le ha desmentido?; los panistas aducen que Obrador no ha mostrado que gano ¿Cómo demonios se supone que el PAN demostró que sí gano, en medio de brutales irregularidades y manchas por doquier de las trapacerías electorales?; el error de Calderón es por ende según Tello Díaz que ante su renuencia por aceptar el recuento, no confirmo su “victoria”. Ganando o perdiendo en una contienda tan cerrada el que no haya aceptado Calderón implica de todas maneras un error; se le acusa de falta de voluntad política para tener certeza sobre los resultados, no de pendejo; su negativa responde al hecho de que sabían que con un recuento voto por voto quedaría demostrada su derrota. Esa es la única tendencia que marcaba el recuento parcial de los votos ordenado por el tribunal electoral en el diez por ciento de las casillas; donde se encontraron abiertos múltiples paquetes electorales; en donde se encontró además el “extravío” de más de 750 mil boletas de las urnas, es decir votos de menos y un número mayor de las anteriores que significaban votos de más. "Curiosamente" fue en las urnas de elección de presidente donde se dió más la porquería.

Nuestro sistema electoral está aceitado de tal forma que el gobierno puede tensar al máximo el marco jurídico e intervenir en el proceso de forma indiscriminada, el foxismo se arriesgo a hacerlo porque no tenía otra salida y el marco jurídico lo beneficiaba ; también porque el costo de hacerlo es menor que el efecto de sus propósitos. El IFE y la SCJN hicieron tibios llamados a los que Fox hizo oídos sordos. Es así como se muestra sólo uno de los múltiples factores que hacen que documentar y demostrar ampliamente un fraude electoral por parte de los agredidos sea misión imposible. Hubo muchas pruebas pero fuera del criterio jurídico y al calce de la letra a saber de todos los jurisperitos electorales que actúan en última instancia a favor de sostener al status quo, al sistema económico capitalista; el que los mantiene, corroborando así las tesis del materialismo histórico al respecto del poder judicial.

El fraude mediático, fue un plan deliberado en función de distintos escenarios; las horas más críticas fueron entre las 6 y 7 PM; hora para la cuál el instituto comenzaba a tener el primer afluente del PREP; a sabiendas de que su conteo rápido no le favorecía a Calderón, y al ver que los primeros resultados del PREP que le daban conteos de las principales zonas urbanas del país a favor de Obrador (dónde venían los números duros del D.F. de dominio amarillo) fue cuando se decidió hacer cambio de planes.

El IFE apoyado en que las encuestadoras privadas seguían el guión del “empate técnico durante horas” en la internet; que había generado un escenario de conformidad informativa de los políticos quienes son los primeros en vanagloriar las encuestas y darles toda la credibilidad, pues ellos las pagan y los muy tontos se las tragan incluidos muchos perredistas que cayeron en la trampa de la “percepción”. Fue entonces cuando el IFE al ver los resultados adversos a Calderón estableció contacto en línea roja con los Pinos.

Desde presidencia se le dio una consigna a los medios; nada de exit polls; fue cuando a las 7 PM en TV Azteca y Televisa el mensaje fue que por lo cerrado de los resultados “no se atrevían” a mostrar sus encuestas de salida, convalidando la percepción de un empate; fue después de las televisoras cuando Ugalde salió a dar un mensaje de prudencia y espera de resultados. No había ganador; como si se tratase de una coordinación escenográfica apareció luego Fox a dar un mensaje en el mismo sentido, cuando no tenía que haberse metido él, no era el árbitro electoral y como árbitro político sólo debió entrar a escena para reconocer a un ganador cuando este fuera claro.

El periodo de 7 a 11pm fue crucial para la manipulación del PREP, lo que se conoce como el “fraude cibernético” ampliamente documentado por Julio Hernández López; a quién el perredismo de la cúpula no lo pelo y el propio Andrés Manuel se mostró zigzagueante ante la existencia de dicho fraude; pues le preocupó más el de “la antigüita” pues según su estrategia de defensa política sería más fácil demostrar este que uno de tipo cibernético.

De 7 a 11 convergieron tanto fraude mediático como cibernético juntos; fue un periodo de mucha incertidumbre, lo que enfrío los ánimos y contuvo al máximo el ánimo de los contendientes de declararse ganadores hasta después de las 11 PM cuando dieron cuenta de que Ugalde no declaraba ganador y la ansiedad los iba a despedazar fue cuando salieron a escena a declararse cada cual ganador pero con la cara larga. El PRI supo desde horas antes que Madrazo no tenía opción y fue cuando decidió asumir una estrategia a favor de quien era favorecido por los medios y terminarían imponiéndolo. "Yo estoy con el impostor hasta que pierda".

Las televisoras tenían la información pero hacían mutis; Obrador llevaba la delantera, pero nada se hacía público hasta que no hablara el árbitro después de las once; en cualquier caso el mensaje sería uno grabado dependiendo del escenario. Mientras se maquillaban las cifras del PREP del fraude cibernético, venía desde los Pinos la última llamada de la línea roja que tenía con el IFE; la decisión era que Televisa, TV Azteca, Ugalde y luego Fox iban juntos a las once con el estribillo perceptivo.

La decisión de mostrar o no exit polls por parte de Televisa y la forma en que se enlazarían con el IFE y la señal de Sepropie fue una decisión política de los consorcios televisivos para ganar tiempo en coordinación con el IFE y en particular con la presidencia; a las 11 no hay ganador, hay un discurso por parte de Ugalde a favor de dejar trabajar al árbitro y que la espera durará hasta el día del conteo distrital del día miércoles 5 de julio; enseguida de Ugalde intempestivamente salió Fox en canal dos de Televisa a corroborar la mentira; curiosamente mientras hablaba Fox en canal dos la señal de Sepropie no se encadeno a nivel nacional; es decir en TV Azteca no apareció el mensaje del presidente a la vez que este estaba en Televisa, o falló la coordinación o fue deliberado pues quizá Televisa registraba mayor raiting al momento de la señal. ¿porqué no apareció Fox en Azteca?

Los ciudadanos estupefactos se fueron esa noche a la cama sin saber quién había ganado; la manipulación electrónica ya nos ponía a Calderón adelante por exiguo margen cerca de las 2 de la mañana; justo cuando las redacciones de los diarios cierran y pondrían así en la primera plana del día 3 de julio “Nada para nadie” pero Calderón aventaja; a cuentagotas la ilógica secuencia lineal de la “ventaja” de Calderón en el PREP perduraría hasta el final; mientras seguían los golpes perceptivos hasta el día miércoles 5 de julio cuando se daría la estocada final. El mismo cuento pero al revés, Obrador aventaja todo el tiempo, pero en cuestión de horas a cuentagotas en la madrugada de nuevo Calderón sospechosamente aventaja en un movimiento estadístico atípico según los expertos. El fraude mediático estaba hecho, la percepción infundida justificaría el caso omiso de las juntas distritales para negarse a abrir los paquetes, ignorar las irregularidades y valerles un pito las peticiones de la CPT durante el conteo distrital. Todo se iba a tribunales, ahí a donde quería llegar el PAN para imponerse, apoyados en la coartada o pretexto de que era Obrador quien impugnaba la elección; los panistas y el stablishmet llevaron a Obrador hasta donde quisieron.

Ese fue el primer fraude el día de la Jornada, el mediático; y en el sumario se cuenta el fraude electoral desde la campaña misma por diversas intromisiones oficiales y de los mercachifles del CCE; en el desvió de recursos de Sedeso triangulados por medio de empresas fantasmas a la campaña de Calderón; el fraude electoral a nivel de la jornada por millares de errores documentales y en el llenado de actas, mapacherías y embarazo de urnas intolerables máxime en un escenario cerrado. Luego el fraude mediático para encubrirlo, para después rematar con los fraudes en los conteos distritales y en el fallo judicial quién declaro a Calderón ganador a pesar de reconocer “graves irregularidades que estuvieron a punto de poner en peligro la elección” (¡sic!) lo bueno que fueron graves. El dos de julio no se olvida ni el repudio al espurio, tampoco todo lo que dimane de este en adelante. Nos las vamos a cobrar.



YA BASTA, de que el poder del dinero se imponga a la moral, a la dignidad del PUEBLO DE MEXICO, apoyemos a Obrador

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