viernes, febrero 02, 2007

El factor Chávez.


Cuarta República.
Germán Robles Castañeda.
02 de febrero de 2007

El factor Chávez.

La asamblea nacional de Venezuela aprobó el pasado miércoles la llamada Ley habilitante para que Hugo Chávez asuma durante 18 meses de plazo poderes especiales que le permitirán establecer decretos con carácter de ley en once rubros de la reestructuración institucional en Venezuela. Las aristas propias de esta decisión en cuanto lo que hace a la propia Venezuela son múltiples e interesantes; sin embargo trataré de plantear el ángulo del concierto internacional.

El anuncio se da en un contexto peculiar, circunstancia que nos obliga a poner atención al polo venezolano durante los próximos años; en principio se da en un momento donde hasta las mismas publicaciones financieras de mayor influencia reconocen el estancamiento del modelo neoliberal, y donde las mayorías pauperizadas no dan crédito alguno a los resolutivos de Davos Suiza, donde un puñado de multimillonarios y capitales trasnacionales le dicen a los estados centrales y a los países de la periferia que hacer o no con sus economías.

El paquete se hace más nutrido con la reaparición de Fidel Castro en medios después de tres meses de misterio en torno a su estado de salud y las especulaciones de la Casa Blanca que hablaban hasta de su muerte y que el gobierno cubano hacía labores furtivas para no informar sobre el caso. Castro apareció, y aunque no fue de manera pública, se le vio por la televisión oficial cubana junto a Hugo Chávez quién le había visitado.

Castro se observa visiblemente mejorado, con buen ánimo y un estado físico superior al del último video donde se le veía haciendo un esfuerzo médico- pedestre enfundado en los pants del selectivo olímpico cubano. El hecho acalló a los especuladores y a la comunidad pro cuba sin Fidel en Miami; pero sobre todo le tiró una buena pedrada a Washington quién ya venía preparando una agenda diplomática para la transición política cubana que sería negociada con Raúl Castro, quién asumió el poder después de la decaída de salud de su hermano Fidel.

Así Fidel Castro estará presente y activo en los meses prospectivos, al menos para el proceso de la ley habilitante chavista que se llevará año y medio. El poder que alcanzará Chávez será ilimitado, sin parangón en la historia moderna de las democracias occidentales; podremos estar de acuerdo o no con las acciones políticas de Chávez en Venezuela, pero lo que no podemos negar es que la influencia que puede ejercer Chávez en la región será de tal magnitud y potencia que de su éxito dependerá el golpe de timón no sólo de un país sino de toda una región.

Se correría por toda Sudamérica la fenomenología de lo que se pretende como “Socialismo del siglo XXI” que si bien es sumamente criticable el epíteto, pues su contenido no es precisamente fiel al socialismo teórico; puede derivar en un esquema de integración del cono sur, una América unida como la concibió Bolívar quién no era de las preferencias conceptuales de Marx, pero que en su biografía da muestras de los varios intentos en que Venezuela estuvo ligada a otras repúblicas.

Se afirma que la izquierda se ha recuperado en América Latina, que es diversa y responde de manera diferente a cada país. La nomenclatura mexicana aplaude y lanza ditirambos excesivos a los modelos chilenos y brasileños; los califican de izquierdas modernas y moderadas; lo que no dicen es que los prefieren por que son dóciles; es decir, son gobiernos como lo describiría el sup Marcos “Hablados con la izquierda, manejados por la derecha”. Seguro y ese matiz de liberalismo social continuará en América Latina; sólo cabe la pregunta ¿hasta que punto resistirán el efecto magnético que les producirá Venezuela una vez que prosperen las nuevas políticas?

Es el peor momento para que Calderón intercambie mensajes con Hugo Chávez, el contexto lo apabulla y máxime cuando el mandatario venezolano no se mide en las palabras: lo último, “es un pequeño caballerito, pero un gran ignorante” (sic de Chávez a Calderón); la retahíla de vituperios sigue y lo malo es que Chávez tiene razón; también que las respuestas de la cancillería y del propio gerente mexicano los dejan encuerados; esto no es un asunto en contra de países, sino de particulares como dijera el celebre Rubén Aguilar. El senado convida a Calderón a callarse, mientras este hace reencuentros de utilería escenográfica con su correligionario Manuel Espino (maniobra mediática para intentar opacar otro zocalazo que le propino Obrador).

¿Pero que pasa con la triada México-EE.UU.- y AL?; México no restablecerá relaciones ni con Cuba ni Venezuela mientras perduren los mismos mandatarios o en su defecto los mismos modelos; (¿¡quién da más!? cuál dictadura caerá primero la castro-chavista o la neoliberal mexicana?) la cancillería mexicana por consigna yanqui, seguirá desprestigiando la otrora doctrina Estrada, máxime contra las naciones enemigas de EE.UU. Si bien las relaciones con Cuba siempre han sido frías no deja de tener un valor estratégico para negociar con EE.UU., ya sean condenas en la ONU a derechos humanos, la contención de la influencia política de la isla con México, et. al.

Empero, ya en estas intrincadas relaciones se metió Venezuela, de tal suerte que la relación o crisis diplomática ya no es una cuestión bilateral sino multilateral en un contexto donde los estados nación se están convirtiendo en bloques económicos. Si México se mete con Cuba lo hace con Venezuela; de rebote lo hace con Bolivia y tangencialmente con Argentina y el queso se nos hizo bolas. De ahí que el lema Calderonista de “Mi gobierno mirará hacia el sur” no es más que demagogia barata.

Los EE.UU. no salen de Irak porque aún no establecen el control político ni militar entre las cuatro étnias de dicho país; tiene serios problemas geográficos para salir de la región; pero si pudiera salir, y el tema Irak no estuviera en la agenda, (cosa que pasará en unos años) tengamos la seguridad de que los siguientes en la lista son Irán, Cuba Y Venezuela. (Sin importar el orden de los factores). Si en Venezuela se instituye un modelo realmente socialista que permee en la región, o que al menos sea lo suficientemente fuerte para generar un bloque económico y político al margen del programa neoliberal estadunidense, Washington se pondrá de cabeza.

El traspatio.

La imposición en la secretaria general de Alfredo Ar-güelles (que se haga la voluntad en los "güeyes" de mi compadre) a cambio de retirar el servicio secreto. Eso tronó de facto la iniciativa perversa pugnada por Gerardo Solís; aunque cabe la felicitación al grupo de ex braceros y de redes ciudadanas por reventar la sesión para evitar este absurdo de reforma a la ley. Empero, habrá que estar alertas porque esto no fue un revés definitivo, aún cuando han trascendido rumores de que el grupo panista de Emilio González no aconseja la medida.

El rucio neandertal de Bucareli insiste en cancelar los programas de AMLO “porque perturban el orden y la paz pública”; traducción: perturban las buenas conciencias y la pax burguesa. Mientras el órgano del IFE que regula la relación entre partidos y propaganda, exhortará al enquistado de Go-bernación, a que transmita los spots Obradoristas pues por ley y por el cumplimiento de tratados internacionales las prerrogativas publicitarias de los partidos deben facturar. Esperemos en que acaba esta historia, mientras que "la verdad sea dicha" adquiere más popularidad por polémicas de la crestomatía y rebotes de pláticas que por el contenido. Su éxito radicará en lo que se hable al día siguiente más que en su audiencia cautiva.YA BASTA, de que el poder del dinero se imponga a la moral, a la dignidad del PUEBLO DE MEXICO, apoyemos a Obrador

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