Elecciones en Latinoamérica revelan frustraciones económicas y polarización, dicen
Estancado, el proyecto de EU sobre libre mercado en AL, señalan analistas
DAVID BROOKS CORRESPONSAL
Nueva York, 12 de diciembre. Los políticos, analistas, expertos y empresarios estadunidenses que intentan diagnosticar el saldo de las elecciones de América Latina este año, concluyen que mientras fue un festejo democrático, el proyecto estadunidense de libre mercado y libre comercio el llamado "consenso de Washington" si no está muerto, está estancado.
Al ofrecer percepciones del panorama latinoamericano aquí, algunos se consuelan con el hecho de que la "izquierda" no ganó todo (y señalan a México, Colombia y El Salvador como ejemplos) otros intentan recordar que no hay una sola expresión de izquierda, sino que hay unas más "responsables" y menos "populistas" que otras (Chile y Brasil comparado con Venezuela y Bolivia, son los ejemplos más comunes).
Pero todos reconocen que la mayoría de los procesos electorales expresaron un rechazo a las políticas neoliberales, se consolidaron regímenes progresistas, y que hasta en los casos donde la izquierda no ganó, avanzó de manera notable (en México el PRD duplicó su voto; en Colombia también se elevó el voto opositor, etcétera).
El secretario asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, reiteró hoy que Estados Unidos percibe que continuará la consolidación democrática de la región.
En un foro auspiciado por el Consejo de las Américas, Shannon subrayó que aunque el libre comercio ha sido fundamental en "abrir mercados", sus beneficios no deberían ser "capturados por las elites" y las oligarquías, sino por "la sociedad más amplia". A la vez, insistió en que la prioridad es ampliar "la agenda del libre comercio".
El subsecretario de Estado para Asuntos políticos R. Nicholas Burns ofreció una visión más optimista (para Washington) hace un par de semanas, al concluir que "hemos visto una serie de elecciones en 2006, con los votantes de América Latina rechazando en gran medida el tipo de populismo radical e irresponsable de Chávez. En su lugar, en elecciones en Chile, Brasil, Perú, Colombia, México, Haití y Costa Rica, los votantes optaron por gobiernos responsables de centro-izquierda o centristas, afirmando la vocación democrática de las Américas". Eso, dijo, ofrece nueva oportunidades para la agenda de libre comercio y otras prioridades de la política estadunidense.
Sin embargo, otros analistas tanto en Wall Street como en Washington tienen serias dudas sobre el futuro inmediato de la "agenda de libre comercio". David Malpass, economista en jefe de Bear Stearns & Co., comentó que "es difícil hallar avances sobre el libre comercio" en el hemisferio y sus perspectivas se han "deteriorado". Culpó tanto a los países latinoamericanos como a Estados Unidos de una "gran oportunidad perdida" de liberalizar el comercio justo en una de las mejores coyunturas económicas para hacerlo (alta liquidez, altos precios de productos básicos, bajas tasas de interés en Estados Unidos, entre otros factores).
Para Malpass y otros en Wall Street, el reducido crecimiento económico de América Latina tiene que ser superado por medio de reformas fiscales o mecanismos para alimentar la inversión de los empresarios medianos y pequeños en sus propias economías, pero a la vez, recetó que "el objetivo central de América Latina es hacerse más atractiva a la inversión extranjera".
Para Peter Hakim, presidente de Diálogo Interamericano, el año de elecciones latinoamericanas resultó en pocos cambios reales, aunque en los hechos "se festejó la plena participación en la democracia" en casi todos los países, pero a la vez se atestiguó "el desenredo de los esfuerzos de integración (económica) en América Latina". En un foro celebrado la semana pasada en Washington, Hakim consideró que tanto los esfuerzos regionales como la ambiciosa Area de Libre Comercio de las Américas, o están estancados o ya no funcionan, dejando muy atrás todo lo que se hablaba de una "convergencia" de la comunidad latinoamericana.
Para Michael Shifter, también de Diálogo Interamericano, lo que las elecciones latinoamericanas revelaron fue "frustraciones económicas y un alto grado de polarización" dentro de los países del hemisferio (incluyendo, dijo, Estados Unidos).
Sin embargo, Hakim estimó que "la izquierda de hoy día no es la izquierda de ayer", ya que ahora "hay una aceptación de la globalización".
Hablando de la izquierda de ayer y hoy, mientras que el gobierno estadunidense muy generosamente anunció que son los chilenos los que deben determinar cuál es el legado de Augusto Pinochet, eso no evitó que algunos aquí intentaran hacerlo también.
Hoy, el Washington Post opina que el "dictador" deja atrás el "país más exitoso en América Latina", declarando que "guste o no, Pinochet tuvo algo que ver en este éxito". El Post, a pesar de resumir los más de 3 mil asesinatos y decenas de miles de torturados, argumenta que las políticas de "libre mercado" que generaron el "milagro económico", y el hecho que "aceptó una transición a la democracia" en 1990, contrasta con el ejemplo de Fidel Castro y Cuba.
El Post también afirma que muchos se olvidan de que Salvador Allende tuvo algo de "responsabilidad en crear las condiciones para el golpe de 1973". Finalmente señala, con cierta nostalgia, que al contrastar los casos de Chile y Cuba, la recientemente muerta Jeane Kirkpatrick "tenía razón" en su tesis de que dictadores de derecha como Pinochet son finalmente menos malignos que gobernantes comunistas, ya que los primeros tenían mayor probabilidad de abrir el camino a democracias liberales.
The Los Angeles Times opinó ayer en un editorial exactamente lo opuesto: la historia ha comprobado "que ambos estaban equivocados", ya que la posición de que "dictaduras de la derecha" ofrecen terreno más ameno a la democratización que "dictaduras de la izquierda", fue refutado con los cambios en el antiguo bloque socialista.
Mientras se debate cuál historia fue la real (nadie menciona que Henry Kissinger justificó el golpe contra un régimen democrático en Chile al afirmar que Estados Unidos simplemente no aguantaría que un pueblo eligiera "irresponsablemente" a un marxista), la organización independiente National Security Archive colocó hoy una selección de documentos oficiales desclasificados del gobierno estadunidense que detallan la represión del dictador, su papel en el asesinato de Orlando Letelier y Ronnnie Moffitt en el peor acto terrorista realizado en Washington antes del 11-S, transcripciones de reuniones secretas de Kissinger y agencias de inteligencia estadunidenses, entre otras cosas. Los extensos documentos se pueden revisar en www.nsarchive.org.
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