Tepito, ¿la expropiación?
- Cuarta República
Germán Robles
16 de febrero de 2007
Tepito, ¿la expropiación?
El barrio de Tepito localizado en la colonia Morelos del D.F; es tristemente conocido como un barrio pobre donde se reflejan los problemas endémicos y las crisis económicas del país que llevan a millones de mexicanos a comercializar como ambulantes vendiendo mercancía pirata y de contrabando.
No obstante la descomposición social de los barrios de la colonia Morelos no se limitan al asunto del ambulantaje por falta de empleos sino que acarrea vicios sociales y delincuenciales que lo convertiría en la Meca de la distribución de droga al menudeo, así como de armas de todos los calibres.
Lo más fácil para utópicos urbanistas y frívolos funcionarios públicos que deciden asuntos complejos desde el escritorio o el Outsourcing de sus asesores es pensar en la expropiación; lo simple y lo llano parecería “¡expropiemos Tepito y se acabó el problema!”. El tema encierra múltiples aristas y la salida no es tan simple a pesar de que las autoridades capitalinas saben que no importa cuantos cateos hagan, decomisiones, consignas a delincuentes, ni destrucciones de droga, armas y piratería incauten; el problema volverá siempre pues la vocación urbana de Tepito sirve como válvula de presión social pero en detrimento de la seguridad.
Es como el fenómeno de la mitología griega de al tela de Penélope; la policía capitalina y la procuraduría tejen y destejen lo que hacen. El pasado miércoles 14 de febrero el gobierno de Marcelo Ebrard expropió un predio de 5 mil 600 m2 conocido como “La fortaleza”, constituida por 130 viviendas y habitada por cerca de 70 familias; el lugar servía como centro de almacenaje y laboratorio para fabricación de drogas, de piratería, guarida de armamento lo mismo que de delincuentes.
Si bien “La fortaleza” no es todo Tepito, así como nadie duda de la efectividad de la medida, ni de lo encomiable que significa el hecho de expropiar pues se planean dar en el predio servicios públicos del GDF; lo cuestionable es que esto siente un precedente para expropiar más zonas con fuertes irregularidades legales; en perjuicio de los más pobres y exponiendo al gobierno de Ebrard a un estallido social en la capital, el problema de Tepito y barrios conexos no se resuelve quitando a la gente, ni sus propiedades del mapa, ellos volverán o simplemente no se irán porque no tienen a donde hacerlo.
La medida efectiva si lo es, pero para un gobierno de talante de izquierda no es muy común o popular hacer expropiaciones meramente urbanas o bienes inmuebles para interés público llevándose obviamente de corbata a los más pobres. Marcelo Ebrard cuando fue secretario de seguridad pública durante el gobierno de Obrador ya había propuesto la medida y se le rechazó, hoy se cobró la vendetta. El hecho genera muchas suspicacias dado que el actual gabinete de Marcelo acapara posiciones de viejos priístas provenientes del otrora Partido del centro democrático que fuera comandado por Camacho Solís; la gente de NI y el foro sol, así como de izquierda social de Batres tiene posiciones exiguas dentro del gabinete.
Además el punto viene al cuento dado que el área de seguridad de Ebrard tiene a varios elementos de cepa panista; tal es el caso del procurador Rodolfo Félix, quién se liga con los intereses de Diego Fernández de Cevallos y Antonio Lozano Gracia pertenecientes como socios a un despacho jurídico de membrete. Los intereses concupiscentes de dichos actores están por demás demostrados así como el tráfico de influencias. La expropiación de “La Fortaleza” podría responder más a esos intereses en principio más que a la idea del bien común por la prestación de servicios sociales.
Fernández de Cevallos y su gente perdieron en los casos del Paraje San Juan, y el Encino, lo que motivó la carnicería del desafuero a Andrés Manuel; quizá la maniobra de expropiar la “fortaleza” en Tepito sea un tanteo del agua a los camotes ante los intereses inmobiliarios futuros de este grupo; con ello no se hace la crítica directa a Ebrard, pero vaya colaboradores que se cargó.Así también para fin de que el gerente Calderón ratificara a Ortega en su cargo al frente de la SSPDF impuso como condición que le siguieran el juego mediático de los "mega operativos" en el D.F; dando golpes espectaculares.
Claro que Tepito es un barrio bravo, pero de gente de lucha, y tiene importantes aportes a la cultura popular de la capital; pero por más perniciosos que sea el barrio, el escrúpulo legal y el mejor análisis sobre las expropiaciones no pueden faltar; sino se resuelve de raíz el problema del modelo económico neoliberal, no podemos limpiar ni hacer cambios cosméticos en la superficie. Cabe mencionar que de inmediato la gente de la Coparmex pego el grito en el cielo y mandó un sendo comunicado de prensa reprobando las medidas de Ebrard; y no crean porque se preo-cupan por los derechos de los tepiteños, sino por el “fantasma expropiatorio” que recorre a América Latina; y como claro los barones del trabajo ajeno han de tener cola que les pisen, mejor le anticipan a Marcelo que ande con cuidado; las “fortalezas” se hallan en todas partes aún en los exclusivos ghettos residenciales; ¿ahí se metería también Ebrard a expropiar?; aún cuando para la gente de Coparmex el miedo jurídico no ande en burro.
El traspatio.
En conferencia de prensa las redes por AMLO, ciudadanos, como universitarios hicieron un pronunciamiento formal ante la propuesta del rector “electo” Carlos Briseño de cobrar cuotas a los estudiantes de la UDG, (cuotas “voluntarias" que ya se cobran de facto). Hacen la invitación al diálogo, a la apertura de foros y exigen que se tomen medidas integrales de transparencia presupuestal y que las partidas cumplan con un criterio de prioridades y no de negocios universitarios con fachada cultural (…) Zapo… ¡boom!, ¡Bolas don cuco!
Advierten que de no asistir a las propuestas llevarán a efecto manifestaciones y protestas para evitar la medida. La propuesta debe ser analizada por el órgano de gobierno el Consejo Padillitario...perdón, Universitario para su aceptación. El tema de las cuotas tiene un fuerte trasfondo político y el prelado Sandoval Iñiguez, el desmitificador del artículo tercero está de acuerdo con Briseño y no así con la educación pública. Al Cardenal habría que regalarle un libro de Von Hayek y otro de Von Mises para que formule mejor sus falacias de liberalismo trasnochado a favor del capital y la educación privada non laica. Y recordarle que el pueblo paga de todas formas la educación pues es para el beneficio de sus hijos y sostiene a los fósiles que quiere o a caso ¿no lo mantiene a él enfundado en sus sotanas?, ¡Hasta el lunes en esta columna sin cuota!
YA BASTA, de que el poder del dinero se imponga a la moral, a la dignidad del PUEBLO DE MEXICO, apoyemos a Obrador
Etiquetas: Artículos Germán Robles
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