Cambios en el IFE
Cambios en el IFE
josé gil olmos
La resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de abrir el 9% de las casillas para revisar las irregularidades en la elección presidencial es un revés al IFE y un virtual emplazamiento para cambiar a todos sus consejeros por su pésimo desempeño.
A lo largo de todo el pasado proceso electoral que culminó el 2 de julio, los nueve consejeros del IFE, empezando por el presidente Luis Carlos Ugalde, cometieron en una serie de pifias e irresponsabilidades que pusieron en duda el resultado de la elección presidencial.
Cuestionados desde su nombramiento por las estrechas ligas con personajes como Elba Esther Gordillo, a lo largo de la organización del proceso electoral los consejeros fueron mostrando serias deficiencias para enfrentar lo que desde entonces ya se preveía como la elección más difícil de los últimos años.
Primero fueron criticados por sus escasos argumentos para defenderse de las voces que los acusaban de estar vinculados a intereses de particulares o de partidos. Luego fueron incapaces de evitar sospechas de favorecer a uno de los candidatos cuando se presentaron las denuncias de que el gobierno federal hacia campaña en favor de Felipe Calderón al promocionar los programas sociales mediante lemas de propaganda similares al del candidato presidencial panista.
Más tarde se vieron achicados cuando se les pidió que detuvieran al presidente Vicente Fox en sus declaraciones en contra del candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, así como en la campaña, a todas luces ilegal, de los empresarios en contra del tabasqueño y en favor de Calderón. Pero su peor desempeño fue la noche del 2 de julio, cuando en lugar de dar certeza y legalidad a la elección presidencial cometieron errores gravísimos en el manejo del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) al utilizarlo como instrumento de validez para la victoria de Calderón, saltándose la facultad única que tiene el Tribunal Electoral de calificar la elección.
Para el colmo de males, negaron que hubiera irregularidades en la elección presidencial; y en una estrategia deficiente y costosa de medios se pusieron como defensores implícitos de Calderón al renunciar a su papel institucional y atacar la campaña que en su contra había iniciado el PRD.
No obstante su papel tan criticado en la organización del proceso electoral, de los errores cometidos el 2 de julio, de las sospechas de sus relaciones con el PAN a través de la empresa Hildebrando, propiedad de Diego Zavala, cuñado de Felipe Calderón, y de las denuncias de su estrecha relación con la profesora Gordillo, el consejero Luis Carlos Ugalde y sus compañeros del IFE recibieron un cuantioso bono que fue tomado como una burla, a pesar de que la ley lo permite.
En medio del conflicto postelectoral el IFE es la institución que más ha perdido, a pesar de los esfuerzos de dos de sus exintegrantes en defenderlo, el expresidente del Instituto, José Woldenberg, y su exasesor Lorenzo Córdova, quienes no paran en disculparlos en diversos programas y noticieros de Televisa.
¿Cómo defender a la institución si sus integrantes son cuestionados por su incapacidad, parcialidad y permisividad a cometer errores que parecen formar parte de una estrategia en favor de Felipe Calderón?
¿Cómo mantener a nueve funcionarios electorales que desecharon todas las pruebas que se presentaron de irregularidades en el desarrollo de los comicios del 2 de julio y que en sus alegatos le daban la razón al PAN y a su candidato presidencial?
¿Con qué crédito se pueden mantener Ugalde y su equipo cuando en plena organización del proceso electoral recibió un crédito de vivienda por parte del ISSSTE que manejaba Benjamín González Roaro, hombre cercanísimo a Elba Esther Gordillo?
¿De qué manera se puede mantener al responsable de la dirección de Comunicación Social, Gustavo Lomelí, luego de todos los problemas que ha ocasionado la pésima estrategia de prensa que ha desarrollado, concentrada más en defender a Ugalde que en la institución electoral?
¿Bajo qué argumentos se puede defender al responsable de la Dirección Ejecutiva de organización electoral, Miguel Ángel Solís, cuando ya hay revelaciones de su cercanía con Elba Esther Gordillo y de que al menos 50 por ciento de la estructura nacional del IFE está montada sobre el SNTE, con los efectos consabidos?
Todos estos cuestionamientos a los altos funcionarios del IFE ya son tomados en cuenta por el PRI y el PRD para que al inicio de la próxima legislatura puedan emprender un juicio político en su contra y sean sustituidos por nuevos consejeros capaces de organizar la elecciones intermedias del 2009, cuando se renovará la Cámara de Diputados.
Por vergüenza los consejeros y algunos funcionarios del IFE deberían renunciar de motu propio y no esperar a que sean puestos en el banquillo de los acusados, señalados como responsables de dañar a esta institución que ha costado años de lucha ciudadana.
YA BASTA, de que el poder del dinero se imponga a la moral, a la dignidad del PUEBLO DE M?XICO, apoyemos a Obrador
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